sábado, 28 de enero de 2012

El desierto poblado de criaturas extrañas, en Sudáfrica.



Árboles que almacenan agua en grandes "vejigas", bulbos subterráneos, colores para reflejar el sol y hasta pelos pegajosos para atrapar la arena y protegerse del viento. En el desierto de Richtersveld, solo hay que observar en detalle todo lo que nos rodea para descubrir las criaturas vegetales más sorprendentes por sus formas y colores.

Situado en Sudáfrica, en la provincia de Northern Cape, el Parque Nacional de Richtersveld (enlace en inglés), es un desierto montañoso con temperaturas que en verano pueden superar los 50º C, y lluvias casi nulas. La extrema sequedad, obligó a cada especie vegetal a desplegar los mecanismos de supervivencia y adaptación al clima más extraordinarios para aprovechar la ínfima humedad que se puede obtener de la niebla en la madrugada.



El área del desierto de Richtersveld posee una de las mayores concentraciones de plantas 
suculentas, aquellas que para adaptarse debieron comenzar a almacenar agua en cantidades fuera de lo normal. Lo llamativo, es que en ésta reserva, las plantas encontraron las formas más extraordinarias de hacerlo, una adaptación cuyas formas se puede apreciar a simple vista hasta en los rincones más insospechados:

Toda la zona, fue declarada por su valor biológico como Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO, siendo además un destino predilecto para muchos viajeros que visitan Sudáfrica.


La planta Halfmensboom, una de las más emblemáticas del área, significa literalmente
la "planta humana", por su parecido con la forma de una persona, una especie venerada por los aborígenes como si fueran la encarnación de sus antepasados:



Algunas de las plantas suculentas de Richtersveld llegan incluso a mimetizarse de
tal forma que se asemejan a las rocas de cuarcita blanca.







Con una variedad increíble de formas y colores, todas las plantas suculentas son expertas 
en almacenar humedad en el tejido carnoso de sus hojas o tallo para adaptarse a las temperaturas más extremas. No es casualidad que en Richtersveld se pueda encontrar la mayor diversidad de flora suculenta del mundo, con más de 650 especies, componiendo un paisaje que parece de ficción. En la zona , habitan además algunos reptiles, aves y mamíferos, y existen aldeas de algunos pueblos ancestrales que además gestionan el Parque Nacional.

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